jueves, octubre 04, 2007

jijijirijiririjijiiiii

(estas cosas me matan... el resaltado es mío)


Piden que lo echen de la esquina por “desafinado”
Se hace llamar “Dios Punk”. Los vecinos juntan firmas porque no aguantan el volumen de su voz

Rosario - “Nosotros no tenemos nada contra el arte, pero ese pibe no canta, ladra, y encima es un grosero; se pelea con la gente a los gritos a través del micrófono”, dice la encargada de la tienda de blanco de la esquina de Córdoba y Corrientes. “Es insoportable, lo peor es que no falta nunca y toca siempre los mismos tres temas; ojalá se instalara acá la chica del arpa que está en la esquina de Mitre”, ironiza una joven empleada de una casa de deportes de enfrente. “Cuando él se para frente a mi quiosco no puedo atender a la gente, directamente no la escucho”, asegura alguien más desde su negocio. Las quejas apuntan al cantante de punk rock, Javier Messina, de 25 años, quien desde hace semanas, todo de negro y encapuchado, se instala en pleno centro con su guitarra, un amplificador y canta bajo el seudónimo “Dios Punk”.
Una docena de vecinos y comerciantes juntó firmas y pidió al municipio que haga “algo” con el joven porque “desafina y pega alaridos a lo loco”.
Pero el artista, a quien se le renovó la habilitación (de dos meses) para estar en esa esquina hasta el 5 de noviembre, se defiende: “Mis temas son tranquilos. Me pidieron que baje el volumen y lo hice, que en vez de estar desde las 16 venga después de las 18 y lo hice. Lo que pasa es que no les gusta mi arte y yo no desafino, estudio canto y expreso lo que siento”, dijo Messina.

No a Arjona. El joven punk aseguró que vive de su música y que en “buenos” días llega a juntar 20 pesos a la gorra. Los sábados repite su propuesta en el parque de España. “Mi cultura no es violenta. ¿Qué quiere esta gente, que cante temas de Arjona? Eso no es lo mío, a mí me gusta Bull Dog. Al final son unos intolerantes y me acusan a mí”, sentenció.Desde el municipio, el coordinador general de Artesanías, Ferias y Artistas Callejeros, Eduardo Gandini, dijo que los permisos se entregan de acuerdo a una ordenanza municipal con el fin de fomentar la cultura; pero la norma, ante problemas con los vecinos también pone límites de volumen. “Le hemos advertido al joven que baje el sonido, si siguen los problemas podríamos sacarle la habilitación”, adelantó el funcionario.

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