el viento
El viento me confió cosas que siempre llevo conmigo
Me dijo que recordaba un barrilete y tres niños
Que el sauce estaba muy débil, que en realidad él no quiso,
Que fue uno de esos días que todo es un estropicio
Me dijo que los pichones a veces de apresurados caen al suelo indefensos
Y él no consigue evitarlo,
Me habló de arenas de agosto,
De cartas de enamorados,
Del humo en las chimeneas,
Del fuego abrazando el árbol
Iba quebrado de culpa y seguía confesando
En su lomo de distancia no cabalgaba ni un pájaro
Era un fantasma ese viento,
Un alma en pena penando
Y en ese telar de angustias
Tejió sus babas el diablo
Me dijo que recordaba que en realidad él no quiso,
A veces de apresurado es un barrilete y tres niños,
Me habló de arenas al cielo, y chimeneas al piso,
De cartas de enamorados, que todo es un estropicio,
Era un fantasma ese viento,
Tejió sus babas el diablo,
Iba quebrado de culpas y no consigue evitarlo,
En ese telar de angustias el fuego abrazando el árbol,
El sauce estaba muy débil
Y seguía confesando...
Le pregunté por las chapas del techo de los de abajo,
Dijo el hombre ha de luchar para conseguir los clavos,
En vez de hincarse a rezar para olvidar sus quebrantos,
O de sentarse a esperar regalos eleccionarios.
Me sorprendió la respuesta,
Pero no quise atajarlo pues cuando lleva razón,
Vaya quién quiere pararlo.
Era un fantasma, ese viento...
El viento me confió cosas que siempre llevo conmigo...
(Confesión del viento, Juan Falú y Roberto Yacomuzzi, aunque recomiendo las versiones de Liliana Herrero y Luna Monti con Juan Quintero)
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